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por Pati Blasco
Sito Carcavilla comparte en esta entrevista algunos de los secretos de su último libro «Crónicas del Himalaya. Historias de un campo base». Y en esta entrevista nos desvela las claves de su propuesta, un texto lleno de humildad, grandeza, humor, humanidad, y mucha montaña.
¿Cómo te ha dado por sacar los trapos sucios, y limpios, de la trastienda del Campo Base?
Durante las expediciones hay muchos tiempos libres y muchas situaciones curiosas, al margen de la propia escalada. Algunas personas llevan un diario de las expediciones, pero yo no, no siempre me apetece escribir y me parece un poco esclavo. Sin embargo, me di cuenta de que sí que me gustaba escribir sobre cosas concretas que ocurrían, sensaciones, opiniones, reflexiones, pero profundizando en mi opinión, sin querer ser sistemático con lo que ocurre a lo largo de toda la expedición. Solo cuando me apeteciera. Por otro lado, la familia, amigos y compañeros de trabajo me pedían que mandara información de cómo iba la expedición, así que en cada una enviaba 2 o 3 mails describiendo lo que nos pasaba. Además, las redes sociales de la expedición ya describían la parte alpinística, así que me pude centrar en hablar de otras cosas, más cotidianas, o en reflexiones más personales que la información oficial. Sobre todo, en el caso de conflictos o situaciones delicadas, escribir me ayudaba a ordenar lo ocurrido y organizar mis argumentos y pensamientos. Esos textos no eran para ser publicados, sino como entretenimiento personal, pero al final han acabado formando un libro.
En general, te ríes un poco de todo... sobre todo de ti mismo. ¿El humor es esencial en un campo base?
Sí, en un campo base se puede llegar a pasar mucho tiempo, a veces con esperas muy largas por el mal tiempo. Así que el humor ayuda a pasar esos ratos muertos. En general, el humor es bueno para todo en la vida, y en las expediciones nos lo hemos pasado muy bien.
A la vez cuestionas muchas visiones políticamente correctas que tienen que ver con las montañas como por ejemplo las expediciones comerciales te preguntas ¿qué es realmente una expedición comercial y cuales hoy en día no lo son?
Sí, yo creo que respecto al alpinismo en el Himalaya hay mucho mito y mucho desconocimiento, y sobra mucha falsa épica y muchas opiniones desde el salón de casa. Es fundamental que nos llegue información contrastada y analizada por especialistas, más allá de lo que se dice en las redes sociales. Es como si un locutor deportivo te describiera un partido de fútbol que no ha visto en función de lo que le han contado los jugadores de un solo equipo… cualquier parecido con la realidad casi sería casualidad. Y, a partir de esa información sesgada, todo el mundo se pone a opinar… Hay personas que cuentan versiones totalmente distorsionadas de la realidad, transmitiendo a sabiendas información falsa y tergiversada, omitiendo detalles importantes, mientras que otras son fieles a la verdad y, precisamente por eso, parecen ser menos que los otros e incluso pasan desapercibidos. En general, he aprendido a no creerme la versión de ciertos personajes sin contrastarla antes.
También el tema del uso de helicópteros... la masificacición del Everest o el típico «se está desvirtuando el alpinismo»... cuenta, cuenta.
No creo que se esté desvirtuando el alpinismo, lo que está es cambiando, quizá hacia algo que nos puede gustar menos, pero el mundo evoluciona y no podemos pretender que el alpinismo se quede como era hace 20 o 30 años. La sociedad actual consume su tiempo, su ocio, su deporte, sus valores… y el alpinismo no es ajeno a ello. El alpinismo puntero sigue existiendo, y se hacen ascensiones increíbles que elevan los límites de lo que se creía posible hace unos años. Para mí, lo importante es que se cuente lo que realmente se hace, sin falsas épicas ni medias verdades, y se diferencie y separe lo normal de lo excepcional. A pesar de ser muy crítico con las expediciones actuales, soy totalmente consciente de lo privilegiado que soy por haber vivido todas estas experiencias. Me apasiona ir de expedición. Si no, no iría, porque no estamos ya para sufrir gratuitamente. Que sea crítico con el alpinismo actual no hace que no le dé valor. Sería absurdo, porque formo parte de este “circo” como cualquier otro, para lo bueno y para lo malo. Las personas que suben ochomiles por rutas normales en temporada no son héroes, pero tampoco villanos sin escrúpulos.
El alpinismo actual en montañas de 8000 metros es como es, nos guste o no y ¿Cómo es?
Hoy en día, subir un ochomil por la ruta normal en temporada no supone nada para el alpinismo, no debería ser ni noticia, aunque eso no significa que no sea importante como experiencia personal para la persona que lo hace. Para mí han sido muy importantes las (pocas) cumbres de ochomiles que he alcanzado, pero de ahí, de lo personal, no pasa. Otra cosa son las grandes ascensiones, las de los alpinistas punteros, que son un escaso 10% del total de las ascensiones al Himalaya.
También hablas un poco de ese 10 por ciento pero sobre todo hablas de cosas cotidianas, escatológicas, perros en el aeropuerto, terremotos, héroes y antihéroes, Kilian que os intenta adelantar, las pcr, el rey del rebozado... ¿Qué querías trasmitir?
Pocas veces se conoce la trastienda de las expediciones, las anécdotas que te ocurren durante los casi dos meses que dura el viaje, que son muchas. En las expediciones se suceden situaciones cómicas, tristes, surrealistas, lamentables, increíbles… y pocas veces se habla de eso. A mí me gusta que otros alpinistas me cuenten sus anécdotas, pensé que podría gustar a alguien saber las nuestras. Por eso me pareció que podría ser interesante contarlas y compartirlas con la gente, sin más pretensión que entretener y mostrar lo que vivimos mientras intentamos escalar una montaña.
Dices que «No hay épicas escaladas, inspiradoras historias de superación ni asombrosas historias de supervivencia» pero yo creo que sí... si no que se lean el último capítulo...
Sí, es quizá la excepción. Dudé si incluirlo, pero me pareció que también reflejaba lo que vivimos en una expedición. Siempre he defendido que practicamos un alpinismo con valores, suena un poco viejuno, pero lo veo así. Y esos valores se reflejan en lo que pasó en el rescate que se describe en el último capítulo. Me parecía una buena descripción.
Ir durante más de 15 años al Himalaya y casi siempre formando parte del equipo de Carlos Soria ¿Cómo es eso?
Para mí es un sueño y un honor. La historia de Carlos es increíble, no hay nadie así en el mundo ni se le espera… y poder formar parte de ese proyecto tan increíble es todo un lujo. Además, Carlos está rodeado de personas magníficas (alpinistas, amigos, familiares, etc.) y ser parte de su equipo me ha permitido conocerlas y compartir muchas experiencias con ellas. Le estoy muy agradecido por haber confiado en mí y haberme ofrecido acompañarle durante todos estos años.
¿Ya no tienes idealizados los campamentos base?
No, no, nunca los tuve. Las 17 expediciones me han llevado a idealizar muy poco del alpinismo: es una actividad humana más, no le asigno ninguna superioridad moral ni deportiva. Como muchos alpinistas, soy un ávido lector de noticias, libros y artículos de montaña. Como resultado, siempre he tenido mi propio olimpo particular de alpinistas. Después de estos 15 años, algunos de ellos han sido encumbrados aún más, otros han rebajado su categoría y otros han sido expulsados de por vida de mi particular reino de montañeros ilustres. Lo mismo con algunas escaladas míticas. Me he vuelto más prudente a la hora de idealizar nada.
Volver al Dhaula una y otra vez, vuestro veraneo... ¿rutina o ritual?
Somos seres de costumbres… he dicho varias veces que no volvería al Dhaula, y en total han sido 9, así que mejor no digo nada: mi palabra ya no tiene credibilidad.
¿Tus sueños y planes de futuro en la montaña?
A priori no me interesa el alpinismo a ochomiles por rutas normales. Sí, lo he practicado, pero estoy bastante harto y siempre ha sido porque iba con Carlos, y eso cambiaba totalmente el enfoque y la experiencia. Pero nunca se sabe, todo depende de los planes que surjan, de las compañías… Por otro lado, no soy un buen alpinista, y salirse de las normales lo exige. No sé, ya veremos…
¿Cómo es el alpinismo por el que tú te quitas el sombrero?
En general, toda actividad hecha con ilusión, pasión y honestidad, aunque sea al lado de casa: como experiencia personal, lo importante es lo que vivimos. Eso sí, para los anales del alpinismo, por ejemplo la nueva ruta a la cara norte del Jannu en siete días en estilo alpino abierta hace unos días… es brutal. Qué bestias, eso sí es alpinismo del bueno.
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